El 10 de diciembre de 1945 una artista latinoamericana recibió por primera vez el premio nobel de Literatura: se trata de Lucila Godoy Alcayaga, más conocida como Gabriela Mistral. La destacada poeta chilena recibía este reconocimiento por la calidad de su obra literaria, que la posiciona hasta la actualidad como uno de los máximos referentes de Chile, América Latina y el mundo entero.
Los inicios de Gabriela Mistral
Lucila Godoy Alcayaga nació el año 1889, en la localidad de Vicuña, ubicada en la cuarta región. Desde muy joven decidió que se dedicaría a ejercer como profesora, enseñándole a niños y niñas en diferentes escuelas a lo largo de todo Chile. Pero su aporte a la educación también se reflejó en países como México, en donde trajo desde nuestro país la iniciativa de las escuelas al aire libre, método que ayudó a la enseñanza en lugares apartados y a menores de edad con pocas posibilidades de acceder a la educación en ese tiempo.
De forma paralela, Mistral también desarrollaba su pasión por la prosa, comenzando a publicar en diferentes medios de la región de Coquimbo. Su legado comenzaría a cimentarse con la publicación de su primer libro: Desolación (1922). En este punto de su carrera, la escritora del Valle del Elqui ya se encontraba cimentando una historia que perduraría hasta el día de hoy. Francisco Véjar, poeta, crítico y ensayista chileno, nos comentó un poco más sobre el aporte e influencia que tuvo la escritora en ámbitos que fueron más allá de la poesía.
«Fue una gran educadora. Todo lo que hizo en México, todas las reformas educativas. La relación que tenía con los presidentes de la República era una relación epistolar, como lo fue con Pedro Aguirre Cerda y Eduardo Frei Montalva. Era una intelectual de fuste, a nivel universal», comenta el escritor.
Sobre el rol pedagógico de Gabriela Mistral también profundizó Eva Débia Oyarzún, escritora, periodista y docente.
«Más allá de la pluma maestra, su rol diplomático y precursor de los derechos humanos en torno a la educación de las vulnerabilidades a nivel mundial (con énfasis en su reconocimiento mexicano, siendo ella una de las precursoras de la política educativa contemporánea de ese país) dan cuenta de su enorme sensibilidad y ojo crítico. Colaboró con múltiples medios escritos, sus columnas de opinión y ensayos reflejan la enorme calidad intelectual de esta mujer que por tantísimo tiempo fue relegada socialmente a la figura de una tierna e inocua profesora de escuelita rural… Como país seguimos en deuda con la profundidad compleja de su legado», reflexionó la autora.
Gabriela Mistral en una de sus visitas a México
El Premio Nobel de Gabriela Mistral
Tras consolidarse en los países hispanohablantes, muchas autoridades e instituciones comenzaron a pedir el Premio Nobel de Literatura para la escritora. Pero dificultades como en la traducción de los textos y el estallido de la Segunda Guerra Mundial imposibilitaron su obtención. Sería en el año 1945 cuando finalmente recibiría el llamado de la Academia Sueca.
La premiación se realizó el 10 de diciembre en el Palacio de la Filarmónica de Estocolmo, encabezada por el Rey Gustavo V. Con esto, se transformaría en la primera mujer en la historia y la primera persona en Chile en recibir el Premio Nobel de Literatura.
El reconocimiento posterior en Chile
Como lamentablemente dice la frase, nadie es profeta en su tierra, y para Gabriela Mistral llegaría primero el reconocimiento mundial a través del Nobel. Sería varios años después, en 1951, cuando nuestro país finalmente la reconoce con el Premio Nacional de Literatura. Pero con el paso del tiempo su figura y legado ha ido creciendo cada vez más, siendo transversalmente reconocida por las nuevas generaciones. «Las feministas y disidencias sexuales la han abrazado para reivindicarla, dándole el trono que se merece. No solo fue la primera chilena en recibir el nobel de literatura: fue la primera persona latinoamericana en hacerlo», comenta Eva Débia Oyarzún.
Gabriela Mistral falleció doce años después de obtener el premio de la Academia Sueca, en 1957. Su legado perdura hasta el día de hoy, ya sea en escuelas o en personas que la reconocen como influencia en la escritura y el arte en general. «Yo invito a los escritores, a la gente de hoy a que leamos a Gabriela Mistral, porque es un universo infinito, en el cual nos encontramos a través de sus versos…es importante conocer las raíces de uno….y hasta el momento es lo más grande que ha dado la zona del Norte Grande», concluye Francisco Véjar.
Gabriela Mistral recibiendo el Premio Nobel de Literatura en 1945
La conmemoración de los 78 años
Pero nuestro país tampoco ha sido ajeno a recordar a Gabriela Mistral. En la localidad de Montegrande, comuna de Paihuano, se realizó un acto de conmemoración en el mausoleo donde descansan sus restos. El encuentro contó con la participación de vecinos, autoridades locales y turistas.
Por otro lado, desde la embajada de Chile en China también se conmemoró la obtención del Premio Nobel de Gabriela Mistral. El encuentro estuvo marcado por la lectura de poemas a cargo del profesor de la Universidad de Beijing, Zhao Zhenjiang. Además, el acto contó con la participación de cuatro escuelas públicas chinas donde se imparte castellano. A todos los establecimientos se les otorgó un set completo de libros de Gabriela Mistral.
Además, el próximo sábado 16 de diciembre se realizará «La ruta de Gabriela», una serie de recorridos por varios hitos de la ciudad de Santiago. Ese día se visitarán lugares como la antigua iglesia y convento de San Diego, la pérgola de las flores y la Sala Gabriela Mistral del Museo de San Francisco, entre otras. La actividad de la Universidad de Chile, en colaboración con el Museo de Arte Colonial de San Francisco, forma parte de los esfuerzos por visibilizar la vida y obra de Gabriela Mistral, a 78 años de este hito que siempre es necesario destacar.
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